En los trenes de alta velocidad se producen fuertes fluctuaciones de la presión ambiental en los vehículos en los recorridos con túneles y con tráfico en sentido contrario, que pueden alcanzar hasta +- 10.000 Pa. Estos golpes de presión pueden llegar a través de los canales de aire exterior y de escape de las instalaciones de aire acondicionado hasta el interior de los vehículos presurizados. Si se producen diferencias de presión en el interior del vehículo, las personas sufrirán en los oídos sensaciones muy molestas debido a la presión. Los sistemas de protección de presión se componen de un cierre estanco a la presión accionado neumáticamente y de una medición de presión diferencial electrónica que registra la fluctuación de presión con medición técnica y que emite la señal para la neumática para cerrar el mecanismo en caso de que se sobrepasen los valores límite.